Pamela Martinez | The Voice of Zion January 2018 --
It all started about two years ago when I went to the doctor. He asked me several questions that made me think that I had inherited thyroid problems from my grandfather. He examined my neck, felt something strange, and then recommended an ultrasound. Later that same day I had it done, accompanied by my mother. The doctor confirmed that he had found some nodules in my thyroid. Things then happened quickly one after the other. After several more tests I was diagnosed with thyroid cancer.
What Will Happen!?
The first thought I had was, “What would happen with my life, my family, my plans, my studies, and so many things?” I didn’t want to die as I still had so many dreams to fulfill. The moment we found out was terrible for my family. They continually reminded me to trust in God as He will never forsake us. I clearly remember not being able to sleep that night, as thousands of thoughts echoed through my mind. Feelings of sadness and desperation invaded my heart; I didn’t know how I would face the things that were to come. I lamented how in such a short time my life had been completely turned around and many times felt resentful toward God, wondering why these things were happening to me.
A Long, Painful Experience
My thyroid was removed, then another biopsy, followed by radioactive iodine treatment. In all it lasted six weeks and was very painful. I began to suffer the absence of my thyroid and now needed medication. I had to spend over two weeks of isolation time at my grandparents’ hacienda where my grandmother watched over me. The after-effects of the surgery included painful scarring and treatment.
During this difficult time, I had a very complicated semester of study at the University. I would not have been able to manage if not for the unconditional support of my entire family, my brothers and sisters in faith, my friends and everyone, but above all if God had not been in my heart and in my life. It was in Him I took refuge and with faith I prayed that He would give me strength to continue onward. From the beginning, He gave me the strength, patience, and courage so that each day I was more hopeful that everything would turn out well.
God Taught Me to Value Life
It was a difficult experience, yet when all was said and done, I thank God that I am feeling well and hope that the cancer is completely gone. I must still have tests done to make sure of this, but I am thankful to Him for giving me enough strength each day to lift me in those moments when I feel my strength wavering. Everything I have lived through has taught me to value life. I feel how blessed I am to have the grace of God and to have a large family of believing brothers and sisters who, like all my own family, were the fundamental pillar throughout this difficult stage. They showed me that despite the distance they could show me all their love and support through calls, messages, and letters. I don’t have the words to express my thanks for all that has been done for me.
Today I value so many things that possibly were unimportant to me before. I value each person that God puts in my journey, each day that God gives me life, each moment that I can enjoy with my loved ones, each moment that I can laugh with my sisters, each time that I can feel the love of my grandparents. I am grateful to God and to my parents for giving me support to accomplish my goal and have my profession. I value and am thankful for being able to see the light of day and the darkness of night. I am so happy and grateful to God for teaching me to value all that I have and showing me what can be achieved through His love and by faith. I could not describe in words all that I feel, I only know that God knows why everything happens in our lives. His purpose is to make us humble and know that to have faith in Him is to have everything.
Dios Sabe Porqué
Todo empezó hace aproximadamente dos años cuando fui al médico. Me hizo varias preguntas con lo que me supo manifestar que era muy posible que tenga problemas de tiroides similares al de mi abuelito por factores genéticos. El examinó mi cuello, sentía algo extraño, y me solicito que me realizara un eco tiroideo. En ese mismo día por la tarde fui a realizarme el eco, acompañada de mi madre. El médico me dijo que lamentablemente había encontrado unos nódulos en la tiroides. Las cosas sucedieron demasiado rápidas una tras otra. Después de varios exámenes el doctor me diagnostico cáncer de tiroides.
¿¡Que Pasará!?
Los primeros pensamientos que tuve fueron, “¿Qué es lo que va a pasar conmigo con mi vida, mi familia, mis planes, mis estudios, y tantas cosas?” No quería morir aun que tenía tantos sueños por cumplir. El momento cuando nos enteramos fue terrible para toda mi familia. Siempre me decían que hay que confiar en Dios que él nunca nos desampara. Esa noche la recuerdo tan claramente miles de pensamientos retumbaban en mi mente que no lograba conciliar el sueño. Invadían los sentimientos de tristeza y desesperación en mi corazón; no sabía cómo iba afrontar las cosas que estaban por venir. Decía el por qué en un tiempo tan corto mi vida dio un giro total y varias veces me sentía resentida con Dios, y decía porque me pasan a mí las cosas.
Una Experiencia Larga y Dolorosa
Me extrajeron totalmente la tiroides, realizó otra biopsia, y siguió con el tratamiento de Yodo radioactivo. En total fue seis semanas y era muy doloroso. Empecé a sufrir los efectos de la ausencia de la tiroides y ahora necesité a tomar las pastillas. Hay que cumplir el aislamiento de más de dos semanas en la hacienda de mis abuelos con mi abuelita, quien con todo amor me atendía. Los efectos de la cirugía incluyo problemas muy fuertes con la cicatriz y otros tratamientos.
En este tiempo tan difícil, estaba cursando un semestre muy complicado de la Universidad. No hubiera podido resistir si no tenía el apoyo incondicional de toda mi familia, mis hermanos en fe, mis amigos y todas las personas, pero sobre todo si Dios no hubiese estado en mi corazón y en mi vida. Fue en quien me refugiaba y con fe pedía que me de fortaleza para seguir adelante. Así fue desde un inicio Dios me dio mucha fuerza, paciencia y valor para que cada día mis esperanzas crecieran de que todo saldrá bien.
Dios Me Enseñó a Valorar la Vida
Fue una dura experiencia que, a pesar de todo, le agradezco a Dios por ahora sentirme bien y con la esperanza que el cáncer haya desaparecido por completo. Aun debo realizar análisis para tener esa certeza, agradecida por darme la fuerza suficiente para cada día levantarme en los momentos que sentía que mis fuerzas acababan. Todo lo que viví me enseñó a valorar la vida. Siento lo bendecida que soy por tener gracia de Dios y tener una gran familia de hermanos creyentes quienes, al igual que toda mi familia, fueron el pilar fundamental en toda esta etapa difícil. Quienes me demostraron que no importa la distancia para brindarme todo su amor y apoyo a través de llamadas, mensajes y cartas. No tengo las palabras para agradecer todo lo que hicieron por mí.
Hoy valoro tantas cosas que quizá antes no consideraba importante. Valoro cada persona que Dios pone en mi camino, cada día que Dios me da para seguir viviendo, cada momento que puedo disfrutar con mis seres queridos, cada momento que puedo sonreír junto a mis hermanas, cada vez que puedo sentir el amor de mis abuelitos. Agradecida con Dios y con mis padres por brindarme apoyo para cumplir mi meta de tener mi profesión. Valoro y agradezco el poder ver la luz del día y cada obscuridad en la noche. Me siento muy feliz y muy agradecida con Dios porque me enseñó a valorar todo lo que tengo y todo lo que a través de su amor y la fe se puede alcanzar. No lograría describir con palabras todo lo que siento, solo sé que Dios sabe por qué pasa cada situación de nuestras vidas. Él siempre tiene una finalidad para hacer de nosotros humildes y saber que si tenemos fe en él tenemos todo.